Fue en el año 1988
cuando la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) proclama al 19 de
Noviembre como Día Mundial del Ajedrez en honor al nacimiento del gran
ajedrecista de Cuba José Raúl Capablanca quien fuera Campeón Mundial de Ajedrez
de 1921 a 1927.
Capablanca aprendió
el juego del ajedrez cuando tenía cuatro años de edad. simplemente con mirar a
su padre jugar dos veces y sorprendió a este y demás amigos cuando presenciando
una partida les señalo que habían ejecutado un movimiento erróneo. Invitado a
jugar con su padre, Ie gano la primera partida.
Fue un jugador de
primera clase a los once años y campeón de Cuba a los doce, enorme distinción,
teniendo en cuenta que en La Habana había un gran número de muy fuertes
jugadores. Se destacó entre los principales ajedrecistas de New York a los
dieciocho años; a los veintiuno Ie ganó un match a Frank Marshall, uno de los más brillantes jugadores que
hayan existido, con score de 8 por 1 a su favor. Este triunfo de Capablanca sucedió
cuando solo habían transcurrido cinco años de haber ganado Marshall el primer
lugar en el T orneo de Cambridge Springs, donde tomaron participación los mejores
maestros de la época. Poco después, al ganar el primer premio en el gran Torneo
internacional de San Sebastián en 1911, solo limitado a los más grandes
maestros, Capablanca fue clasificado como uno de los tres mejores ajedrecistas
del mundo en aquella época.
Gano el campeonato
mundial en La Habana en 1921 frente al Dr. Emmanuel Lasker, con score de 4 por
cero, record no igualado jamás en la historia de los campeonatos mundiales de
ajedrez. Aparte del juego "a la ciega", el cual en realidad no
practica, posee todos los records mundiales. Por ejemplo, en 25 años de
competir en torneos y matches contra los más grandes maestros, sus derrotas no
llegan a veinticinco. Entre los años 1916 y 1924 no perdió un solo juego.
En una exhibición de
simultaneas en Cleveland en 1922, jugo 102 partidas en siete horas, ganando 101
y entablando la otra.
Tiene el honor de ser
el único maestro de ajedrez que jugo una exhibición en la Cámara de los Comunes
de Inglaterra. Este hecho tuvo lugar en 1920, y el honorable Andrew Bonar Law,
poco después Primer Ministro, hizo la presentación, de Capahlanca. En este
evento participaron 40 jugadores integrados por miembros de ambos Parlamentos y
Jueces de Ia Corona. Tuvo lugar en el Salón 14, el mismo en el cual el famoso
Conde Kitchener ofreció su última conferencia antes de su desdichado viaje a
Rush a bordo del crucero Hampshire que fue hundido en el Mar del Norte con una
total pérdida de vidas.
Capablanca es algo más
que un maestro de ajedrez. Es un hombre de mundo. Con excepción del breve periodo
en el cual no estuvo en armonía con el gobierno de su país, ha estado en el
servicio diplomático de Cuba, desde 1913.
Sus amistades las
constituyen las más distinguidas figuras de todos los países, incluyendo
escritores, banqueros, artistas, hombres públicos y profesionales
universitarios. En la Universidad de Columbia de New York es siempre huésped
distinguido. Allí curso estudios de Ingeniería. En Moscú, en Paris, en Berlín,
en Londres, en Viena; en España y en todos los países latino americanos,
Capablanca puede asegurar que se encuentra como en su propio hogar. Es, además,
un técnico en cuestiones bancarias, excelente jugador de tenis, experto en
artes, maestro de bridge y conocedor de la música.
Otro hecho destacado
en los records de Capablanca es que ninguno de los principales maestros de fama
mundial Ie aventaja en su score personal. Con Rubinstein y Spielman su record
está empatado. Con estas dos excepciones puede comprobarse que supera a todos
los demás incluyendo a Alekhine. Muchos de los más grandes maestros, entre
eIlos Bogoljuboff, Vidmar, Euwe. Tartakover y Nimzovitsch, nunca Ie han ganado
una partida. Únicamente el Dr. Lasker tiene un record similar a Capablanca en
ese sentido, y sin embargo, Lasker tiene un score desfavorable con el campean
de Cuba.
El 8 de marzo de 1942,
ante el asombro y tristeza del mundo, el gran maestro cae desplomado en el
Manhattan Chess Club cuando presenciaba una partida, como si el Destino hubiese
querido que en el instante de su ausencia definitiva, sus pupilas llevasen
atrapada la postrer imagen del pequeño escenario en que había conquistado
Lauros y paImas incontabIes. En su tumba en La Habana, Cuba se levanta un Rey
de mármol pulido, obra del escultor Florencio Gelabert.
Tomado del Libro
Homenaje a José Raúl Capablanca del Ministerio de Educación, Dirección de
Cultura, La Habana, 1943
Decreto Presidencial
N° 943
Gaceta Oficial 9 de Abril
de 1942 de Cuba.
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